Juliana Teixeira Esteves y Carina Barbosa Gouvêa|
(…) Esa dama era Geni, pero no puede ser Geni
hecha está para aguantar, hecha está para escupir,
se entrega no importa a quien, MalditaGeni
(…)Anda con él, ve Geni. Anda con él, ve Geni
la que nos puede salvar, la que nos va a redimir,
se entrega no importa a quien, Bendita Geni
Chico Buarque, 1978
En medio de una pandemia mundial[1], se han puesto en tela de juicio las teorías políticas clásicas como la función del jefe de Estado, la soberanía del Estado sobre la inacción y la acción del Estado, así como la reestructuración de las relaciones sociales y económicas en todo el mundo.
En este momento de transición, entre el viejo y el nuevo mundo, un elemento antes oscurecido se ha convertido en de vital importancia para la supervivencia de la comunidad integrada, de la humanidad global: los trabajadores de la salud: médicos, enfermeras, técnicos y auxiliares de enfermería y muchos otros que permiten e instrumentalizan la curación humana en momentos de vulnerabilidad en medio del estado de emergencia en la salud pública.
Son trabajadores que están contenidos en la rutina diaria y que muchos, si no todos, necesitarán en algún momento de la vida, ya sea para acompañar a algún familiar en accidentes, enfermedades, cirugías o incluso simples exámenes diarios. Estos son los trabajadores que estarán presentes con la atención en el desarrollo del procedimiento, en la prescripción de medicamentos, en el apoyo psicológico.
A pesar de ser fundamental, se pregunta: ¿las actividades y condiciones de trabajo se consideraban socialmente y las reivindicaciones se reconocían como legítimas por parte de la población, los órganos reguladores, las autoridades legislativas?
1.1 La oscuridad del viejo mundo: contextualizando el escenario
Los tiempos anteriores al presente, proporcionados por Covid-19 rompieron la barrera del estado normal que hoy se materializa en la cuarentena, el aislamiento social y el estado de emergencia en la salud pública y pueden ser llamados «tiempos de normalidad institucional y política», aunque en el punto álgido de la crisis del sistema democrático liberal. Este será el tiempo que nos representará en esta parte de la escritura, aquellos que vivieron en el viejo mundo.
El 30 de enero de 2020, la clase de técnicos de enfermería, que trabajaban en los mayores hospitales públicos del estado de Pernambuco – Brasil, se declararon en huelga para mejorar las condiciones de trabajo y los salarios. Entre las solicitudes figuraban la isonomía salarial (la categoría tiene tres rangos salariales) y el salario básico de R$ 774,00, una cantidad inferior al salario mínimo, trabajo nocturno adicional, seguro médico adicional y la actualización del Plano de Cargos, Carreiras e Vencimentos (PCCV).
Después de 12 días de huelga, hicieron una fuerte manifestación de 12 horas consecutivas que fue duramente reprimida con gas pimienta por la policía militar del estado y bajo la dirección del gobernador Paulo Câmara, del Partido Socialista Brasileño (PSB). La acción policial culminó con la detención del presidente del sindicato de técnicos y auxiliares de enfermería, que será responsable del presunto delito de desobediencia.
A pesar de la parálisis, todos los servicios hospitalarios se mantuvieron por medio de la rotación entre los profesionales, dijeron los actores involucrados. El movimiento fue considerado ilegal por el Tribunal de Pernambuco, que entiende, entre otras cosas, la imposibilidad de huelga en el servicio público.
La demostración de las mejoras en las condiciones de trabajo no es exclusiva del manifiesto promovido en 2020. En noviembre de 2019, por ejemplo, se denunció la falta de aire acondicionado en otro hospital escolar público, el Hospital Oswaldo Cruz, en la región metropolitana de la capital de Pernambuco.
Durante decenios, los profesionales de la salud pública, en el caso de los auxiliares o técnicos de enfermería, han sufrido sueldos bajos que, en promedio, equivalen al salario mínimo nacional. En el caso de los médicos, un poco menos de un salario mínimo por turno de 12 horas.
Además, se destacan las precarias condiciones de trabajo, como la ausencia de medicamentos que administrar, la falta de instrumentos para realizar cirugías, los insumos básicos para el cuidado diario o la realización de pequeños apósitos e incluso la sobrecarga de trabajo.
Reina de los prisioneros/ Las locas, los pordioseros,
Los gurises del asilo/ A menudo a su cuidado
Hay viejitos deshauciados/ Y viudas sin porvenir
Es buena como son pocas/ Por eso la ciudad toda
Repitiendo ha de seguir/Tírenle piedra a Geni,
Tírenle piedra a Geni
Chico Buarque, 1978
La actividad de atención humana representada, por ejemplo, por los profesionales de la salud, la educación escolar, la asistencia social también representa en la sociedad brasileña los salarios más bajos y la menor atención de la sociedad y los medios de comunicación.
1.1.1 Número de profesionales
La encuesta realizada por Fiocruz y el Consejo Federal de Enfermería (COFEN) en 2015[2] reveló que Brasil tenía 3,5 millones de trabajadores en el área de la salud, el 50% de los cuales en el campo de la enfermería, que incluye la educación superior en la profesión y la educación medida de técnicos o auxiliares de enfermería. Los campos de los equipos de enfermería se dividen entre el sector público (59,3%), el sector privado (31,8%), la filantropía (14,6%) y la enseñanza (8,2%), y más de la mitad de los enfermeros (53,9%), técnicos y auxiliares de enfermería (56,1%) se concentran en la región sudoriental.
Proporcionalmente a la población, que representa el 28,4% de los brasileños según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la Región Nordeste tiene la menor concentración de profesionales, con el 17,2% de los equipos de enfermería. La distribución por género también es desproporcionada, ya que el sector está compuesto por el 84,6% de mujeres[3].
1.1.2 Ingresos
Al considerar los ingresos mensuales de todos los trabajos y actividades que realiza el equipo de enfermería, se constató que el 1,8% de los profesionales (alrededor de 27.000 personas) recibía menos de un salario mínimo por mes y el 16,8% declaró unos ingresos mensuales totales de hasta 1.000 reales, mientras que el salario mínimo era de 788 reales en 2015. De los profesionales de la enfermería, la mayoría (63%) sólo tienen una actividad/trabajo.
De los cuatro principales sectores de empleabilidad en la enfermería, los sectores privado (21,4%) y filantrópico (21,5%) eran los que tenían salarios más bajos y en ambos, la remuneración de más de la mitad era de sólo 2.000,00 reales en ese año.
En el estado de Pernambuco, el salario del Auxiliar de Enfermería en 2020, previsto en el convenio colectivo, acuerdo colectivo o disidencia es de R$ 1.137,44. Sin embargo, el promedio pagado es de R$1.195,98, para un día promedio de 41 horas por semana. El estado de Pernambuco emplea un 87,9% de enfermeras, mientras que la media brasileña es del 82,3% de mujeres. El piso salarial medio que se paga en el Brasil (promedio del piso salarial de 2020[4] de los acuerdos, convenios colectivos y prestaciones) es de 1.622,26 reales.
Se atribuyen algunas peculiaridades a la enfermera (o) de Pernambuco: tienen una media de 26 años de edad con estudios superiores y son mujeres (85,6%) que trabajan hasta 40 horas a la semana. Trabajando, predominantemente en el segmento de la atención hospitalaria. El piso salarial en 2020 determinado por el sindicato de la categoría es de 2.087,67 reales, para un día de 38 horas semanales.
El salario medio máximo de una enfermera experimentada, que ha trabajado durante más de 6 años en la misma empresa, es de R$ 2.491,62. Los sueldos de las enfermeras que trabajan directamente en nefrología y diálisis pueden llegar a 5.304,87.
El salario mínimo medio en 2020 para la función de enfermera en el sector privado brasileño es de 3.139,69 reales por una jornada laboral de 38 horas semanales. El salario de una enfermera en régimen de competencia es de 3.343,07 reales por una jornada de 36 horas.
La función de la medicina clínica[5] en el sector privado tiene un piso salarial[6] de 3.120,14 reales en Pernambuco para una jornada de trabajo de 17 horas semanales y está compuesta por hombres y mujeres por igual, es decir, el 50% de cada género. En el plano nacional, el salario mínimo medio pagado al mismo sector es de R$ 6.862,00, con un perfil de trabajadores de 31 años, compuesto por el 52,5% de mujeres.
- Estado de excepción y el nuevo papel heroico del mundo
El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el estado de una pandemia, una emergencia de salud pública mundial debido al nuevo coronavirus (COVID-19) y, nueve días después, el Brasil declaró el estado de calamidad pública debido a la transmisión y el aumento de los casos en el contexto mundial.
Aunque el Presidente de la República del Brasil no sigue las directrices contenidas en los informes emitidos por la OMS, además de insistir en rechazar las directrices sanitarias de la comunidad internacional, los gobernadores de los estados federales, en la constitución brasileña, tienen autonomía y competencia constitucional para establecer sus políticas sanitarias, económicas y de salud.
Así, la mayoría de los estados brasileños han declarado el estado de calamidad pública y suspendido numerosas actividades relacionadas con el comercio, el entretenimiento y la industria hasta la primera mitad de junio de 2020. Las clases en las escuelas y universidades públicas y privadas permanecieron suspendidas. Sólo se mantuvieron los servicios considerados esenciales, como tiendas de construcción, supermercados, farmacias y hospitales.
La presidencia de la república emitió la Medida Provisional 926/2020 el 22 de marzo de 2020, en la que restringió algunas de las autonomías de los estados federados, pero el Supremo Tribunal Federal (STF) confirmó la competencia constitucional de los estados y municipios y del Distrito Federal para establecer acciones de lucha contra la pandemia del covid-19. De esta manera, los gobernadores y alcaldes son libres de establecer medidas como el aislamiento social y el cierre del comercio. La mayoría de los ministros también reconocieron que la Unión puede legislar sobre la cuestión, pero asegurando la autonomía de otras entidades federales.[7]
La medida provisional también afectó directamente a los profesionales de la salud, al permitir la ampliación del horario de trabajo y la reducción de las pausas de descanso obligatorias.
A pesar de las declaraciones del Presidente de la República de difundir la institución, sólo de aislamiento vertical, el Ministerio de Salud y la OMS mantienen la recomendación de aislamiento social. El 16 de abril de 2020, el Ministro de Salud fue exonerado y aún no se sabe qué posición adoptará el nuevo ministro.
2.1 Covid-19 y el estado de excepción
(…) Un día surgió, brillante/ entre las nubes flotando
un enorme zepelín/ Se paró en los edificios
abriódos mil orificios/ con mil cañones así
La ciudad toda espantada/ se quedó paralizada,
casi se volvió jalea
Chico Buarque, 1978
El decreto del estado de calamidad pública por la Ley 13.979 de 2020, autoriza al estado a prescindir de las licitaciones públicas, reduce los requisitos necesarios para las aprobaciones legislativas y compromete la capacidad de actuación del poder público municipal o estatal. El gallinero está abierto a los zorros. El gobierno federal será responsable de determinar qué medidas de apoyo se tomarán y cuánto se gastará en estas acciones que afectarán directamente el campo social y económico de los estados y la población.
En este sentido, en tan sólo 25 días, se instituyeron varias disposiciones legales que llaman la atención sobre dos medidas provisionales[8] con el siguiente contenido: la alteración de la legislación laboral para la iniciativa privada que permite la reducción de los salarios con una reducción de las horas de trabajo; la aprobación de una norma que autoriza al Banco Central de Brasil a comprar títulos podridos a las instituciones financieras privadas (alrededor de 1 billón de reales).
La prohibición de vacaciones para los trabajadores de la salud y el regreso de los que ya estaban disfrutando de ellas; la autorización para aumentar la cantidad de horas trabajadas por los profesionales de la salud sin límites, incluso restando los descansos; la autorización para que otros profesionales[9] puedan ser llamados a trabajar «en lo que sea necesario» y que estén completamente a disposición del Ministerio de Salud.
Por otra parte, y casi simultáneamente, el gobierno federal que ha decretado la participación de «otros profesionales en la actividad de la salud en lo que sea necesario» ha rechazado el ofrecimiento de ayuda del contingente cubano de médicos Henry Reeve. El contingente recibió un premio de la OMS por su labor en un estado de guerra en el ámbito de la labor de solidaridad internacional.
En las declaraciones de varios líderes mundiales y del Secretario General de las Naciones Unidas se equipara la situación materializada por COVID-19 como un estado de guerra con restricciones a los derechos humanos y fundamentales. Todo el mundo está «encarcelado» en casa, con movimientos limitados por parte de los gobiernos locales y con restricciones en el derecho de ir y venir.
En el Brasil, los soldados que actúan en la guerra[10] tienen derecho a una pensión completa y vitalicia para sus hijos y su cónyuge en caso de fallecimiento, a una pensión para las hijas solteras en cualquier situación de fallecimiento y a una vivienda adicional.
La situación a la que se enfrenta el mundo se compara con el estado de guerra. En este sentido, ¿no podrían considerarse soldados los profesionales que trabajan en el frente? En el estado de excepción, con la constitución de nuevos derechos, ¿no podría abrirse el flanco para que los profesionales de la salud reciban los mismos beneficios que los demás soldados en tiempos de guerra?
Estos profesionales corren un riesgo inminente, con altas posibilidades de volver a sus hogares infectados después de un alto nivel de exposición viral. Igualmente grave es que no tienen ayuda financiera para vivir en una dirección que no sea la de sus familiares expuestos al contagio. La contaminación con COVID-19 no se considera automáticamente una enfermedad profesional y, en caso de fallecimiento, no hay indemnización compensatoria ni pensión especial para los niños, ni siquiera a una edad temprana.
2.2 Los profesionales de la enfermería y la constante exposición a un peligro mortal
Los profesionales de la salud brasileños se clasifican según su nivel de educación. Hay un efecto en cadena y sistémico: los médicos están mejor pagados que las enfermeras; están mejor pagados que los técnicos o auxiliares de enfermería. Aunque se consideran servicios fundamentales, estos trabajadores reciben poco más que un salario mínimo brasileño, como se ha demostrado en un punto anterior.
Además de tener malas condiciones de trabajo, poco equipo de protección personal, escasez de material de trabajo y lugares insalubres. Los profesionales de la salud, en el viejo mundo oscurecido, hoy en día, en el nuevo mundo objetivo de la atención política y social.
La ciudad en peregrinación/ fue a besar tu mano
El alcalde de rodillas/ El obispo de ojos rojos
Y el banquero con un millón/ Anda con él, ve Geni
Chico Buarque, 1978
El elemento que perturba el nuevo mundo es que la visibilidad que da la atención de la política y lo social, no se materializa en la exigencia de acciones protectoras de los salarios y las condiciones de trabajo. Entre el 13 y el 24 de marzo de 2020, el Consejo Federal de Enfermería (COFEN) recibió 1374 denuncias, que incluyen la falta de equipos de protección personal como máscaras, guantes, ropa e incluso jabón para lavarse las manos, alcohol en gel, toallas de papel. Esta queja fue presentada por el sindicato de enfermeras de Pernambuco.
El 17 de abril, el número de quejas ya era de 4.806, como: la ausencia, insuficiencia o inadecuación del PPE. Según el COFEN, para el 17 de junio de 2020, 139 médicos y 190 enfermeras habían muerto víctimas de COVID-19. El número puede ser aún mayor debido a la falta de notificación de los casos y a la falta de pruebas en muchas ciudades.
Las inspecciones realizadas por los Consejos Estatales de Enfermería en 3.213 instituciones confirmaron la existencia de problemas en el 90% de las unidades y recomendaron al COFEN que emprendiera acciones civiles públicas contra el Sindicato y los hospitales privados para garantizar la retirada de los profesionales de enfermería pertenecientes a grupos de riesgo de las funciones que requieren un contacto directo con los casos confirmados o sospechosos de OVID-19 hasta que se haya garantizado su seguridad física y laboral.
El problema de las malas condiciones laborales en el sector de la salud no es reciente y sufre de la reducción de la asignación presupuestaria a nivel federal y estatal. La información proporcionada por el sitio web de la Contraloría General de la Unión muestra la reducción de la inversión en vigilancia epidemiológica. La cantidad asignada a nivel nacional se redujo de 6.266.461.736,69 reales en 2019 a 1.440.424.794,92 reales en 2020. El presupuesto para la atención hospitalaria y ambulatoria pasó de 57.017.144.515,06 BRL en 2019 a 16.447.178.803,88 BRL en 2020[11].
La Enmienda Constitucional número 95 de 2016, congeló el gasto primario en salud y educación durante 20 años y fue responsable de la reducción de 9.000 millones de reales en salud entre 2018 y 2019 y de la reducción de 400 millones de reales en vacunas en el año 2020. El número de camas en los hospitales del Sistema Único de Salud por cada 10.000 habitantes se redujo de 19 a 14 unidades entre 2005 y 2020.
En el nuevo mundo, incluso con sueldos sin sustitutos reales durante 10 años en el sector público, con malas condiciones de trabajo y teniendo que elegir al paciente que será el destinatario del escaso material, los profesionales siguen en primera línea en la lucha contra la pandemia.
Al mismo tiempo, el 23/03/2020 se intentó una huelga para el suministro adecuado de equipo de protección personal, pero el poder judicial de Pernambuco lo impidió argumentando que «el ordenamiento jurídico pone a disposición de la Unión medios alternativos para salvaguardar, con carácter prioritario, las condiciones de salud y seguridad de sus miembros, teniendo la certeza de que la Constitución Federal no autoriza – sino que prohíbe – el ejercicio del derecho de huelga a los funcionarios públicos que realizan actividades esenciales para la población».
Y, «la parálisis de las enfermeras, los técnicos y los auxiliares de enfermería de la red de salud del Estado pondría a la población en un grave y efectivo riesgo de muerte y comprometería claramente el sistema de salud pública». [12]
Después de esta decisión, las solicitudes del sindicato en el seno de COVID-19 se limitaron a las solicitudes de destitución de trabajadores considerados como grupo de riesgo -mujeres embarazadas, mayores de 65 años, diabéticos o con problemas respiratorios-, pero en Pernambuco se denegaron las dos solicitudes formuladas colectivamente por el sindicato.
Fueron tantos los pedidos,/Tan sinceros, tan sentidos,/Que ella dominó su asco
Chico Buarque, 1978
Durante el ensayo, la canción «Geni e o Zepelim» de Chico Buarque de Holanda, fue la protagonista representando a los profesionales de la salud pública en Brasil.
La pieza en la que se inserta la música critica duramente la represión vivida durante la dictadura militar en Brasil, la censura establecida por el gobierno dictatorial y la polarización de la sociedad, que ahora está dividida entre los buenos que merecen todo y los otros invisibles. ¿Y por qué la música escrita en 1978 sigue siendo tan actual en este escenario pandémico para los profesionales de la salud pública?
Están en primera línea en la lucha contra el «enemigo invisible» y son aplaudidos con cierta frecuencia por la población en aislamiento en actos que pretenden mostrar gratitud. Son actos simbólicos y expresan solidaridad.
Sin embargo, la solidaridad debe materializarse.
Geni no es buena escupiendo, ¡ella puede salvarnos!
[1]La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la expansión acelerada del nuevo coronavirus (VOCID-19) en todo el mundo es una pandemia. El Director de la OMS, Sr. Ghebreyesus, declaró que la palabra «pandemia» debía utilizarse con gran cautela «(…) es una palabra que, si se utiliza mal, puede causar un temor irracional o la aceptación injustificada de que la lucha ha terminado, lo que provoca un sufrimiento y una muerte innecesarios».
[2]Disponible en el COFEN. Una investigación sin precedentes traza el perfil de la enfermería. Pub 06 de mayo de 2015. Disponible en http://www.cofen.gov.br/pesquisa-inedita-traca-perfil-da-enfermagem_31258.html. Acceso el 20 de abril de 2015.
[3]La encuesta realizada por Fiocruz y el COFEN sólo consideró el género de los nacimientos que figuran en los registros de empleo de los empleadores.
[4]Sueldo base medio para los convenios, la negociación colectiva y las prestaciones colectivas.
La especialidad fue elegida como ejemplo porque es responsable de la promoción
[5]La especialidad fue elegida como ejemplo porque es responsable de la promoción de la salud tanto individual como colectiva, de la coordinación de programas y servicios de salud, así como de la enseñanza, la investigación y el desarrollo.
[6]El valor del piso salarial que se muestra aquí es el promedio ponderado del salario normativo tomado de los convenios colectivos de Recife, Pernambuco, que se registraron en el MTE, calculado junto con el salario de los lugares cercanos con mayor número de contrataciones para llegar al valor final. En la gran mayoría de los casos, este cálculo se aproxima mucho al salario base de la categoría para el puesto de CBO 2251-25. Información proporcionada por el sitio web https://www.salario.com.br/profissao/medico-clinico-cbo-225125/recife-pe/, con una encuesta realizada con CAGED – la agencia de control de contrataciones y despidos.
[7]VIEIRA, Anderson. La decisión del STF sobre el aislamiento de los estados y municipios tiene repercusiones en el Senado. Pub 16 de abril de 2020. El Senado Federal. Disponible en < https://www12.senado.leg.br/noticias/materias/2020/04/16/decisao-do-stf-sobre-isolamento-de-estados-e-municipios-repercute-no-senado>. Acceso el 16 de abril de 2020.
[8]Véase la Medida provisional Nº 927, de 22 de marzo de 2020, y la Medida provisional Nº 1 de abril de 2020.
[9]Estos profesionales son psicólogos, trabajadores sociales, fisioterapeutas, dentistas, profesionales de la educación física y veterinarios.
[10]El estado de sitio de la legislación brasileña también representa el estado de guerra que será declarado por el Presidente de la República de acuerdo con el artículo 137 de la Constitución brasileña.
[11]CONTROLADOR GENERAL DE LA UNIÓN. Portal de Transparencia. Disponible en < http://www.portaltransparencia.gov.br/funcoes/10-saude?ano=2019>. Acceso el 20 de abril de 2020.
[12]CONSEJO LEGAL. El juez prohíbe a las enfermeras hacer huelga en Pernambuco. Pub 23 de mar de 2020. Conjura. Disponible en https://www.conjur.com.br/2020-mar-23/desembargador-proibe-greve-enfermeiros-pernambuco>. Acceso el 23 de marzo de 2020.
*Teixeira Esteves es Presidente de la Academia de Derecho del Trabajo de Pernambuco. Profesora del programa de postgrado en derecho en los programas de maestría y doctorado de la Universidad Federal de Pernambuco. Post-doctorado en Economía Política en el Instituto de Investigación Económica y Social (Francia). Fue coordinadora del Postgrado en Derecho de la UFPE. Investigadora de la Universidad de la República del Uruguay (UdelaR). Es miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades para el Estudio de la Deuda Pública (RICDP – www.ricdp.org). Barbosa Gouveia es Vicepresidente del Comité Especial de Bioética y Biodirección del Colegio de Abogados del Brasil – Consejo Federal; Profesor del programa de posgrado de Maestría/Doctorado en Derecho de la Universidad Federal de Pernambuco (PPGD/UFPE); Post-Doctorado en Derecho Constitucional de la UFPE; Doctor y Maestría en Derecho de la UNESA; Profesor de Investigación de la UFRPE/BAP.
VERSIÓN EN PORTUGUÉS
Trabalhadores de saúde pública: entre a obscuridade do velho mundo e o papel heróico no novo mundo
Juliana Teixeira Esteves-Carina Barbosa Gouvêa|
(…) Essa dama era Geni /Mas não pode ser Geni
Ela é feita pra apanhar/ Ela é boa de cuspir
Ela dá pra qualquer um/ Maldita Geni
(…)Vai com ele, vai Geni/Vai com ele, vai Geni
Você pode nos salvar/ Você vai nos redimir
Você dá pra qualquer um/ Bendita Geni
Chico Buarque, 1978
Em meioa uma pandemia global[14]vem colocando em xeque teorias clássicas políticas como a função do chefe de estado, a soberania estatalsobre a inação e atuação estatal, bem como, reestruturando relações sociais e econômicas em todo o mundo.
Neste momento da transição, entre o velho mundoe o novo mundo,um elemento antes obscurecido passou a ter vital relevância para a sobrevivência da comunidade integrada, da humanidade global: os trabalhadores na área de saúde: médicos, enfermeiros, técnicos e auxiliares de enfermagem e muitos outros que viabilizam e instrumentalizam a cura humana em momentos de vulnerabilidade em meio ao estado de emergência em saúde pública.
São trabalhadores que estão contidos na rotina do dia-a-dia e quemuitos, se não, todos, necessitarão em algum momento da vida, seja para acompanhar algum familiar em acidentes, doenças, cirurgias ou ainda, simples exames do cotidiano. São estes trabalhadores que estarão presentes com aatenção no desenvolver do procedimento, na prescrição de medicamentos, no apoio psicológico.
Apesar dafundamentalidade indaga-se: as atividades e condições de trabalho eram vistas socialmente e as reivindicações reconhecidas como legítimas por parte da população, dos órgãos regulamentadores, das autoridades legislativas?
A OBSCURIDADE DO VELHO MUNDO: CONTEXTUALINDO O CENÁRIO
Os tempos que antecederam os atuais, proporcionados pela Covid-19rompeu com a barreira do estado normal que hoje se materializaemquarentena, isolamento social e estado de emergência em saúde pública e pode ser denominado de “tempo de normalidade institucional e política”, embora no auge da crise do sistema democrático liberal. Este será o tempo nos representará nesta parte da escrita, os vividos no velho mundo.
Em 30 de janeiro de 2020, a classe de técnicos de enfermagem, que trabalhavam nos maiores hospitais públicos do Estado de Pernambuco – Brasil, fez greve por melhores condições de trabalho e salarial. Dentre os pedidos estavam a isonomia salarial (a categoria tem três faixas de remuneração) e salário-base de R$ 774,00, valor abaixo do salário mínimo, adicional noturno, adicional de insalubridade e atualização do Plano de Cargos, Carreiras e Vencimentos (PCCV).
Após 12 dias de greve, fizeram uma forte manifestação de 12 horas consecutivas que foi duramente reprimida com gás de pimenta pela polícia militar do estado esob a liderança do governador Paulo Câmara, do Partido Socialista Brasileiro (PSB). A ação policial culminou coma detenção do presidente do sindicato dos técnicos e auxiliares em enfermagem que responderá judicialmente pelo suposto crime de desobediência.
Apesar da paralização, todos os serviços hospitalares foram mantidos por meio de revezamento entre os profissionais, afirmaram os atores envolvidos. O movimento foi considerado ilegal pelo Tribunal de Justiça de Pernambuco que entende, dentre outros, a impossibilidade de greve no serviço público.
A manifestação por melhorias de condições de trabalho não é exclusividade do manifesto promovido em 2020. Em novembro de 2019, por exemplo, houve denúncia de falta dear condicionado em outro hospital público escolar, Hospital Oswaldo Cruz, na região metropolitana da capital pernambucana.
Por décadas, profissionais de saúde pública no caso dos auxiliares ou técnicos em enfermagem sofrem com baixos salários que são, em média, equivalentes ao salário piso mínimo nacional. Nocaso dos médicos,pouco menos de um salário mínimo por plantão de 12 horas realizado.
Além disso, destaca-se a precariedade nas condições laborais, como a ausência de medicamentos para serem ministrados, falta de instrumentos para realizar cirurgias, insumos básicos para o atendimento cotidiano ou realização de pequenos curativos e até a sobrecarga de trabalho.
É a rainha dos detentos/ Das loucas, dos lazarentos
Dos moleques do internato/ E também vai amiúde
Co’os velhinhos sem saúde /E as viúvas sem porvir
Ela é um poço de bondade/ E é por isso que a cidade
Vive sempre a repetir/Joga pedra na Geni
Chico Buarque, 1978
A atividade de cuidado humano representadas, por exemplo, pelos profissionais de saúde, ensino escolar, assistência social representam também na sociedade brasileira, os menores salários e a menor atenção da sociedade e da mídia.
1.1.1 Quantitativo de profissionais
A pesquisa realizada pela Fiocruz e pelo Conselho Federal de Enfermagem – (COFEN) no ano de 2015[14] revelou que o Brasil tinha 3,5 milhões de trabalhadores na área de saúde, sendo 50% no campo da enfermagem, o que inclui a formação superior na profissão e a escolaridade medida de técnicos ou auxiliares de enfermagem. Os campos de atuação das equipes de enfermagem estão divididos entre setor público (59,3%), setor privado (31.8%), filantropia (14,6%) e ensino(8,2%), sendo que,mais da metade dos enfermeiros (53,9%), técnicos e auxiliares de enfermagem (56,1%) se concentra na Região Sudeste.
Proporcionalmente à população, que representa 28,4% dos brasileiros segundo o Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística(IBGE), a Região Nordeste apresenta a menor concentração de profissionais, com 17,2% das equipes de enfermagem.A distribuição por gênero também é desproporcional, sendo o setor composto por 84,6% de mulheres[14].
1.1.2 Renda
Ao se considerara renda mensal de todos os empregos e atividades que a equipe de enfermagem exerce, constatou-se que 1,8% de profissionais (em torno de 27 mil pessoas) recebiam menos de um salário-mínimo por mês e 16,8% declararam ter renda total mensal de até R$ 1.000 enquanto o salário mínimo era de R$ 788,00 em 2015. Dos profissionais da enfermagem, a maioria (63%) tem apenas uma atividade/trabalho. Dos quatro grandes setores de empregabilidade na área de enfermagem, os setores privados (21,4%) e filantrópico (21,5%) eram os que praticavam salários menores e, em ambos, a remuneração de mais da metade não passava de R$ 2.000,00, naquele ano.
Já no estado do Pernambuco, o salário de Auxiliar de Enfermagemem 2020, previsto em convenção coletiva, acordo coletivo ou dissídio é de R$ R$ 1.137,44. Porém, a média paga é de R$ 1.195,98, para uma jornada média de 41 horas semanais.Cargo majoritariamente feminino, o estado de Pernambuco emprega 87,9% de enfermeiras, enquanto a média brasileira é de 82,3% de mulheres na função. A média dos pisos salariais paga no Brasil (média do piso salarial 2020 de acordos, convenções coletivas e dissídios) é de R$ 1.622,26.
São atribuídas algumas peculiaridades da enfermeira(o)em Pernambuco: têm em média 26 anos de idade com formação em nível superior e do sexo feminino (85,6%) trabalhando até 40 horas semanais. Laborando, preponderantemente no segmento de atendimento hospitalar. O piso salarialem 2020[14] determinado pelo sindicato da categoria é R$ 2.087,67, para uma jornada de 38 horas semanais.A média salarial máxima de uma enfermeira(o)experiente, que trabalha há mais de 6 anos na mesma empresa, é de R$ 2.491,62. Os salários de enfermeira(o) que trabalham diretamente na área de nefrologia e diálise podem chegar a 5.304,87.
A média de piso salarial de 2020 da função de enfermeira(o) na iniciativa privada brasileira é de R$ 3.139,69 para uma jornada de trabalho de 38 horas por semana.O salário de Enfermeira(o) concursada(o) é de R$ 3.343,07 para uma jornada de 36 horas semanais.
Já a função de medicina clínica[14]na iniciativa privada tem o piso salarial[14] deR$ 3.120,14 em Pernambuco para uma jornada de trabalho de 17 horas por semana e compõe-se de homens e mulheres de forma equânime, ou seja, 50% de cada gênero. Já em nível nacional, a média de pisos salariais pagas ao mesmo setor é de R$ 6.862,00, com um perfil de trabalhadores de 31 anos, composto por 52,5% de mulheres.
2 ESTADO DE EXCEÇAO E O PAPEL HEROICO NOVO MUNDO
Em 11 de março de 2020 aOrganização Mundial de Saúde (OMS) declarou o status de pandemia, de emergência em saúde pública globalem decorrência do novo coronavírus (COVID-19) e, nove diasdepois, o Brasil decretou estado de calamidade pública em função da transmissão e aumento dos casos no contexto global.
Embora o Presidente da República do Brasil não esteja seguindo asdiretrizes contidas nosrelatórios emitidos pela OMS, bem como insista em recusar as orientações sanitárias da comunidade internacional, os governadores dos estados federados, na constituição brasileira, têm autonomia e competência constitucional para deflagrar suas políticas de saúde, econômicas e sanitárias. Desta forma,as maiorias dos estados brasileiros declararam estado de calamidade pública e suspenderam inúmerasatividades ligadas ao comércio, entretenimento eindústria até a primeira quinzena de junho de 2020. As aulas de escolas e universidades, públicas e particulares permaneceram suspensas. Somente serviços considerados essenciais foram mantidos, a exemplo de lojas de construção, supermercados, farmácias e hospitais.
A presidência da república editou Medida Provisória 926/2020 em 22 de março de 2020, em que restringiaalgumas autonomias dos estados federados, porém, oSupremo Tribunal Federal (STF) confirmou a competência constitucional dos estados e municípios e Distrito Federal em estabelecer ações para combater pandemia da covid-19. Desta forma, os governadores e prefeitos estão livres paraestabelecer medidas como o isolamento social e o fechamento do comércio. A maioria dos ministros reconheceu, ainda,que a União pode legislar sobre o tema, porém, assegurando a autonomia dos demais entes federados.[14]
A Medida Provisóriatambém afetou diretamente os profissionais de saúde, ao permitir a prorrogação da jornada de trabalho e redução dos intervalos de descanso obrigatórios.
Apesar das declarações do Presidente da República no sentido de disseminar a instituição, tão somente do isolamento vertical, o Ministério da Saúde e a OMS mantém a recomendação do isolamento social. Em 16 de abril de 2020, o Ministro da Saúde foi exonerado e ainda não se sabe ainda, o posicionamento que será adotado pelo novo ministro.
2.1 A COVID-19 E O ESTADO DE EXCEÇÃO
(…)Um dia surgiu, brilhante/ Entre as nuvens, flutuante
Um enorme zepelim/ Pairou sobre os edifícios
Abriu dois mil orifícios/ Com dois mil canhões assim
A cidade apavorada/ Se quedou paralisada
Pronta pra virar geleia
Chico Buarque, 1978
A decretação do estado de calamidade pública pela Lei 13.979 de 2020, autoriza o estado a dispensar concorrências públicas, diminui as exigências necessárias às aprovações legislativas, compromete a capacidade de ação do poder publico municipal ou estadual. Abre-se a porta do galinheiro para as raposas. O governo federal será o responsável por determinar quais medidas de apoio serão tomadas e quanto serão gastos nestas ações que afetarão diretamente o campo social, e econômico dos estados e da população.
Neste sentido, em apenas 25 dias, vários dispositivos legais foram instituídos chamando atenção àduas medidas provisórias[14] com os seguintes conteúdos: a alteração da legislação trabalhista para a iniciativa privada permitindo a redução salarial com redução de jornada de trabalho;a aprovação de uma norma que autorizou o Banco Central do Brasil a comprar títulos podres de instituições financeiras privadas (algo em torno de 1 trilhão de reais); proibiçãode férias dos trabalhadores de saúde e o retorno daqueles que já a estavam gozando; autorizaçãoà elevação da quantidade de horas trabalhadas pelos profissionais de saúde sem limites, subtraindo inclusive, intervalos; autorização para que outros profissionais[14] pudessem ser convocados a trabalhar “no que fosse necessário” e que estando completamente à disposição do Ministério da Saúde.
Por outro lado, e quase simultaneamente, o governo federalque decretoua participação de “outros profissionais na atividade de saúde naquilo que se faça necessário” recusou a oferta de ajuda do contingentecubano de médicos Henry Reeve. O contingente foi premiado pela OMS por sua atuação em situação de estado de guerra no campo do trabalho solidário internacional.
Declarações de vários líderes mundiais e do Secretário Geral das Nações Unidas equiparam a situação materializada pelo COVID-19 como um estadode guerra com restrições a direitos humanos e fundamentais. Todos estão “presos” em casa, com movimentos limitados pelos governos locais e com restrição do direito de ir e vir.
No Brasil, os soldados que atuam na guerra[14] têm o direito à pensão integral e vitalícia aos filhos e cônjuge em caso de morte, pensão às filhas solteiras em qualquer situação de morte, direito a adicional de habitação.
A situação enfrentada em todoo mundo é comparada ao estadode guerra. Neste sentido,os profissionais que estão atuando na linha de frente não poderiam ser considerados soldados?No estado de exceção,com a constituição de novos direitos, não se poderia abrir o flanco para que os profissionais de saúde recebem os mesmos benefícios de outros soldados em tempos de guerra?
Estes profissionais estão sob-risco iminente, com possibilidades altas de a retornar infectados para suas casas após o nível alto de exposição viral. Igualmente grave, é que não dispõem de ajuda financeira para habitar endereço diverso de seus familiares que estão expostosao contágio. A contaminação com a COVID-19 não é considerada, automaticamente, uma doença ocupacional e, em caso de morte, não há indenização compensatória ou pensão especial para filhos, ainda que com pouca idade.
2.2 OS PROFISSIONAIS DE ENFERMAGEM E A EXPOSIÇÃO CONSTANTE AO PERIGO MORTAL
Os profissionais de saúde brasileiro estão categorizados conforme o nível de sua escolaridade. Há um efeito em cadeia e sistêmico: os médicos são melhores remunerados que os enfermeiros;que são melhores remunerados que técnicos ou auxiliares de enfermagem. Apesar de serem considerados serviços fundamentais, tais trabalhadores são remunerados com pouco mais que um salário mínimo brasileiro, como evidenciado em item anterior. Além de terem más condições de trabalho, poucos equipamentos de proteção individual, escassez de material de trabalho e locais insalubres. Os profissionais de saúde, no velho mundo obscurecidos, hoje,no novo mundo alvo de atenção política e social.
A cidade em romaria/ Foi beijar a sua mão
O prefeito de joelhos/ O bispo de olhos vermelhos
E o banqueiro com um milhão/ Vai com ele, vai Geni
Chico Buarque, 1978
O elemento que perturba no mundo novo, é que a visibilidade dada pela atenção da política e social, não se materializa emexigir ações protetivas salariais e de condições de trabalho. Entre 13 e 24 de março de 2020, o Conselho Federal de Enfermagem (COFEN)recebeu 1374 denúncias, o que inclui, a falta de Equipamentos de Proteção Individual como máscaras, luvas, vestimentas e até mesmo sabão para lavar as mãos, álcool em gel, papel toalha. Esta denúncia foi realizadapelo sindicato dos enfermeiros de Pernambuco. Em 17 de abril, o número de denúncias já estava em4.806 denúncias, tais como: à ausência, insuficiência ou inadequações dos EPIs. De acordo com o COFEN, até 17 de junho de 2020, 139 médicos e 190 enfermeiros haviam morrido vítimas do COVID-19. O número pode ser ainda maior em razão da subnotificação de casos e da ausência de testes em muitas cidades.
As fiscalizações realizadas pelos Conselhos de Enfermagem estaduais em 3.213 instituições confirmou a existência de problemas em 90% das unidades, e recomendou que o COFEN ingressasse com ações civis públicas em face da União e hospitais privados para garantir o afastamento dos profissionais de Enfermagem integrantes dos grupos de risco das funções que exijam contato direto com casos confirmados ou suspeitos de COVID-19 até que se tenha garantido a sua segurança física e laboral.
O problema das más condições trabalhistas do setor de saúde não é recente e padece com a reduzida destinação orçamentária da esfera federal e estadual. Informações fornecidas pelo sítio eletrônico da Controladoria Geral da União evidenciam a redução de investimento na vigilância epidemiológica. A verba destinada nacionalmente foi reduzida de R$6.266.461.736,69, em 2019 para R$1.440.424.794,92, em 2020. Já a verba para assistência hospitalar e ambulatorial passou de R$57.017.144.515,06, em 2019 para R$16.447.178.803,88 em 2020[14].
A Emenda Constitucionalde número 95 de 2016, congelou os gastos primários em saúde e educação por 20 anos e foi responsável pela redução de R$9 bilhões na área de saúde entre 2018 e 2019 e, redução de R$400 milhões em vacinas no ano de 2020. A quantidade de leitos em hospitais do Sistema Único de saúde por 10 mil habitantes, foi reduzido de 19 para 14 unidades entre 2005 e 2020.
No novo mundo, mesmo com salários sem reposições reais há 10 anos no setor público, com más condições de trabalho e tendo que escolher o paciente que será o destinatário dopouco material escasso, os profissionais permanecem na linha de frente no combate à pandemia.
Em paralelo, tentou-se uma greve para ofornecimento adequado de equipamentos de proteção individual em 23/03/2020, mas o judiciário pernambucano impediu argumentando que:
“a ordem jurídica põe à disposição do Sindicato meios alternativos para resguardar, de modo prioritário, as condições de saúde e segurança dos seus filiados, sendo certo que a Constituição Federal não autoriza – antes, veda – o exercício do direito de greve aos servidores públicos que desempenham atividade essencial à população.” E, “a paralisação dos enfermeiros, técnicos e auxiliares de enfermagem da rede estadual de saúde submeteria a população a sério e efetivo risco de vida e comprometeria, às claras, o sistema de saúde público.”[14]
Após essa decisão, os pedidos sindicais em meio à COVID-19 limitaram-se às solicitações de remoções dos trabalhadores considerados grupo de risco – gestante, maiores de 65 anos, diabéticos ou com problemas respiratórios, porém em Pernambuco, os dois pedidos formulados coletivamente pelo sindicato foram negados.
Foram tantos os pedidos/ Tão sinceros, tão sentidos/ Que ela dominou seu asco
Chico Buarque, 1978
Durante o ensaio, a música “Geni e o Zepelim” de Chico Buarque de Holanda, foi a protagonista representando os profissionais de saúde pública no Brasil.
A peça em que a música está inserida faz duras críticas à repressão vivida à época da ditadura militar no Brasil, à censura estabelecida pelo governo ditatorial e a polarização da sociedade, que ora se divide entre os bons que são merecedores de tudo e, dos outros invisíveis. E por que a música escrita em 1978 permanece tão atual neste cenário de pandemia para os profissionais de saúde pública?
Eles estão na linha de frente no combate ao “inimigo invisível” e estão sendo ovacionados com certa frequência pela população em isolamento em atos que pretendem demonstrar gratidão. São atos simbólicos e expressam solidariedade.
Porém, a solidariedade precisa ser materializada. A Geni não é boa para cuspir, ela pode nos salvar!