Eric Toussaint-Milan Rivié|
Dado que es legítimo invertir en los sectores productivos, útiles y esenciales para la población, el endeudamiento no es malo per se. Sin embargo, la mayor parte del tiempo los países caen en la trampa de la deuda. Frente al aumento de la deuda de los PED, los que defienden el pensamiento económico dominante generalmente afirman: las sumas que se reciben como préstamos serán invertidas en la economía, generarán crecimiento, empleos, mejorarán las infraestructuras, aumentarán el PIB y, finalmente, producirán la riqueza necesaria para el reembolso de la deuda paralelamente a una mejora en los ingresos.
En realidad, esta interpretación hace caso omiso del diferencial entre las sumas concedidas en concepto de préstamos y las efectivamente recibidas (mediante las generosas comisiones y honorarios que reciben los acreedores, y también por los tipos de interés), la malversación del dinero público (permitido por el secreto bancario, garantizado y defendido por los grandes bancos privados con el sostén de los gobiernos.
Yde las instituciones como El Banco Mundial, el FMI, la OCDE, los bancos multilaterales regionales como el Banco interamericano de desarrollo, el Banco africano de desarrollo, el Banco asiático de desarrollo, el Banco europeo de desarrollo…), los mecanismos comerciales y los tratados sobre las inversiones extranjeras que empobrecen a los Estados y a su población (tratados de libre comercio, tratados bilaterales de inversiones, repatriación de los beneficios de las multinacionales, etc.), e incluso choques exógenos que debilitan severamente la capacidad de los gobiernos para defender a sus poblaciones si continúan pagando la deuda (efectos catastróficos de la crisis ecológica mundial, crisis sanitaria internacional, crisis económica internacional…).
Aquellos y aquellas que explican que el endeudamiento es un paso obligado para los países del Sur si quieren reforzarse y desarrollarse omiten tomar en consideración el hecho de que los PED son muy vulnerables a los factores exógenos. Ninguno de los Países en desarrollo, a excepción de China –que en realidad no forma parte de los PED salvo en las estadísticas del Banco Mundial y de otras instituciones internacionales–, no dispone de una capacidad suficiente para actuar significativamente sobre variables como los tipos de interés internacionales, los tipos de cambio de la moneda nacional frente a las divisas fuertes, el precio de las materias primas (o eso que se llama los términos del intercambio), los grandes flujos de inversiones, las decisiones de las instituciones multilaterales (FMI, Banco Mundial, OMC,…).
En caso de afectación con una o varias de esas variables, los PED pueden rápidamente encontrarse asfixiados o en, todo caso, fuertemente desestabilizados.
1. Evolución de la deuda externa pública de los PED por tipo de acreedor.
Gráfico 1: Evolución de la deuda externa pública de los PED por tipo de acreedor (en miles de millones de USD)
En el gráfico anterior, encontramos las dos fases enunciadas anteriormente. Además, se puede distinguir entre los acreedores, divididos en ese gráfico en 3 categorías:
- En azul: los acreedores bilaterales. O sea, préstamos entre Estados
- En amarillo: los acreedores multilaterales. O sea, préstamos provenientes de instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial, Bancos de desarrollo)
- En verde: los acreedores privados. Y se distingue, en verde oscuro: los préstamos contraídos en mercados financieros en forma de títulos soberanos vendidos mayoritariamente en Wall Street; en verde caqui, los préstamos bancarios; en verde claro, los préstamos provenientes de otros tipos de acreedores privados.
Mientras que los acreedores oficiales poseen, aproximadamente, en valor absoluto un monto estable de la deuda los PED, señalemos un aumento neto de la parte que poseen los acreedores privados.
Mientras que los acreedores oficiales (bilaterales y multilaterales) poseen aproximadamente en valor absoluto un monto estable de la deuda de los PED, señalemos un aumento neto de la parte que poseen los acreedores privados, pasando del 41 % en 2000 al 62 % en 2018. Si los préstamos bancarios evidentemente han aumentado, esa tendencia se expresa esencialmente por el peso de los préstamos obligatorios (o sea, los títulos soberanos vendidos por los PED en los mercados financieros, principalmente en Wall Street).
Contrariamente a los préstamos de los acreedores oficiales, los préstamos privados tienen la ventaja de estar desprovistos de condicionamientos políticos, Pero sus tipos de interés son más elevados y pueden variar según las notas otorgadas por las agencias de notación o según la evolución de los tipos de interés director fijados por los bancos centrales.
2.- Evolución de los tipos de interés
Gráfico 2: Evolución de los tipos de interés del Prime Rate y de los principales Bancos Centrales en % [1]
En 1979, el aumento brutal de los tipos de interés de la Fed, por una decisión unilateral de Estados Unidos, fue uno de los dos principales factores que desencadenaron la crisis de la deuda del Tercer Mundo. Debido a la crisis de las subprime en 2007-2008, los bancos centrales estadounidenses y el Banco Central Europeo aplicaron un tipo de interés muy bajo. Sin llegar nunca a mejorar la situación económica, sin embargo, prosiguen con esa política. Con las nuevas conmociones financieras del otoño de 2019 y los efectos colaterales de la Covid-19, eso se debería prolongar, pero ¿hasta cuándo? Si los tipos de interés comenzaran a aumentar, el coste del pago de la deuda aumentaría sensiblemente para los PED. Ese riesgo sale reforzado por el perfil de endeudamiento en divisas de los PED. 75 % están denominados en dólares estadounidenses, 9 % en euros y 4,4 % en yenes (Véase, gráfico 3).
Gráfico 3: Evolución de la composición de la deuda externa pública de los PED por divisas en % [2]
En azul, composición en divisas, PPG deuda USD (%); en verde, PPG deuda en Derechos especiales de giro (DEG-cesta de divisas) (%); en gris, PPG deuda en yenes japoneses (%); en amarillo, PPG deuda en euros (%); en rojo, PPG deuda, en todas las otras divisas.
Se observa de inmediato en azul la enorme mayoría de los préstamos en dólares estadounidenses (75 %). Luego, en amarillo, los préstamos en euros (9 %) y luego en rojo «todas las otras divisas) (8,4 %). Por un aumento neto, se puede suponer que «las otras divisas« son principalmente yuanes, la divisa del Estado chino, actualmente uno de los mayores acreedores de los PED.
Gráfico 4: Evolución de los tipos de interés de los préstamos a los PED en %
Interés promedio de los nuevos contratos de deuda externa (%)
Interés promedio de los nuevos contratos de deuda externa, oficiales (%)
Interés promedio de los nuevos contratos de deuda externa, privados (%)
El gráfico representa los tipos de interés medios pagados por los PED. En gris, los correspondientes a los acreedores privados, en naranja, los correspondientes a los acreedores oficiales, y en azul, la media de los dos tipos.
El aumento neto de la deuda de los PED, sus bajas notas en los mercados financieros, correlacionadas con el fin del súper ciclo de materias primas y a la ralentización del crecimiento mundial con el fondo de guerra comercial entre Estados Unidos y China, hace temer a los acreedores de suspensiones de pago en serie desde 2020.
Como lo indicamos, se observa una disminución de los tipos de interés consecutiva a las decisiones de la Fed y del BCE. Aunque más bajos que antes, observemos el nivel de los tipos de interés: en el nivel más bajo ente 2013 y 2015, alcanzaron el 3 % de media, a partir de 2015 remontan de media hasta el 4 %. Como una comparación, países como Francia, Alemania, Japón y Estados Unidos obtenían préstamos en 2019-2010 ya sea con tipos negativos, ya sea con tipos que variaban entre el o % y el 1 %.
Es importante señalar que en este gráfico aparece un aumento de los tipos de interés a partir de 2015. El aumento neto de la deuda de los PED, sus bajas notas en los mercados financieros, correlacionadas con el fin del súper ciclo de materias primas y la ralentización del crecimiento mundial, con el fondo de guerra comercial entre Estados Unidos y China, hace temer a los acreedores de suspensiones de pago en serie desde 2020. En consecuencia, los prestamistas se «protegen» aumentando la prima de riesgo que exigen a los prestatarios del Sur. ¿Se está desarrollando una nueva crisis de la deuda? ¿La trampa de la deuda estará por cerrarse sobre los PED? Varios factores evolucionan en esa dirección, y ahora vamos a ver qué pasa.
3.- Evolución de las cotizaciones de las monedas de los PED
Para estimar el coste de los préstamos realizados por una economía, no solo se debe tener en cuenta los tipos de interés (y las primas de riesgo que encarecen el coste del préstamo), también hay que tener en cuenta la evolución del valor de la moneda del país endeudado con respecto a la moneda en la cual está denominado el préstamo. Si un país se endeuda principalmente en dólares y su moneda pierde, por ejemplo, un 5 % de su valor respecto al dólar, la cantidad a reembolsar aumenta automáticamente. Ahora bien, la mayoría de los países del Sur vieron como su moneda se depreciaba en relación al dólar durante el año 2020. Eso está claramente indicado en la tabla 2.
Tabla 2: Evolución de las cotizaciones de las monedas de 38 PED con respecto al dólar estadounidense entre el 1 de marzo de 2020 y el 3 de septiembre de 20201 [3]
Divisa | Variación (%) | Valor a 1 de marzo de 2020 | Valor a 3 de septiembre 2020 |
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MMK Myanmar [Kyat birman] | 6,87 | 1429,64 | 1337,80 |
CLP Chili [Peso chileno] | 5,84 | 815,36 | 770,38 |
PHP Philippines [Peso filipino] | 5,06 | 51,04 | 48,58 |
LYD Libye [Dinar libanés] | 4,44 | 1,42 | 1,36 |
TND Tunisie [Dinar tunecino] | 4,34 | 2,85 | 2,73 |
MAD Maroc [Dirham marroquí] | 4,21 | 9,62 | 9,23 |
CNY Chine [Yuan renminbi (RMB) chino] | 2,10 | 6,98 | 6,84 |
THB Thaïlande [Baht tailandés] | 0,35 | 31,55 | 31,44 |
UGX Ouganda [Shilling ugandés] | 0,22 | 3705,25 | 3697,00 |
IRR Iran [Riyal iraní] | 0,17 | 42069,94 | 42000,00 |
BOB Bolivie [Boliviano] | -0,31 | 6,91 | 6,93 |
BDT Bangladesh [Taka] | -0,49 | 84,73 | 85,15 |
IQD Irak [Dinar irakí] | -0,64 | 1190,01 | 1197,66 |
AFN Afghanistan [Nouvel afghani afgano] | -1,21 | 75,78 | 76,71 |
EGP Égypte [Livre egipcio] | -1,54 | 15,62 | 15,86 |
INR Inde [Roupie india] | -1,77 | 72,23 | 73,53 |
NGN Nigeria [Naira nigeriano] | -3,45 | 364,00 | 377,00 |
COP Colombie [Peso colombiano] | -4,00 | 3497,47 | 3643,38 |
GHS Ghana [Cedi ghanés] | -6,64 | 5,35 | 5,73 |
DZD Algérie [Dinar argelino] | -6,64 | 120,12 | 128,67 |
PYG Paraguay [Guarani] | -6,89 | 6517,64 | 6999,71 |
KES Kenya [Shilling kenya] | -6,93 | 101,11 | 108,64 |
PKR Pakistan [Roupie pakistaní] | -7,06 | 154,04 | 165,74 |
ZAR Afrique du Sud [Rand sudafricano] | -7,11 | 15,57 | 16,77 |
MZN Mozambique [Metical] | -9,31 | 65,21 | 71,90 |
MXN Mexique [Peso mexicano] | -9,46 | 19,71 | 21,77 |
UYU Uruguay [Peso uruguayo] | -9,58 | 38,57 | 42,65 |
KZT Kazakhstan [Tenge kazajo] | -9,66 | 381,52 | 422,31 |
RUB Russie [Rouble ruso] | -10,98 | 67,06 | 75,33 |
ETB Éthiopie [Birr etíope] | -12,35 | 32,28 | 36,83 |
CDF Congo/Kinshasa (RDC) [Franco congoleño] | -13,77 | 1694,59 | 1965,29 |
TRY Turquie [Lira turca] | -16,33 | 6,23 | 7,44 |
BRL Brésil [Real brasileño] | -16,46 | 4,49 | 5,37 |
ARS Argentine [Peso argentino] | -16,67 | 62,15 | 74,58 |
AOA Angola [Kwanza angoleño] | -19,47 | 492,22 | 611,20 |
ZMW Zambie [Kwacha zambiano] | -23,34 | 15,06 | 19,64 |
VES Venezuela [Bolivar soberano] | -77,97 | 73617,09 | 334183,06 |
ZWL Zimbabwe [dollar de Zimbabue] | -78,48 | 17,95 | 83,40 |
Mapa: Evolución de la cotización de las monedas en relación al dólar estadounidense entre el 1 de marzo de 2020 y el 3 de septiembre de 20201 [4]
La tabla 2 y el mapa anterior presentan la evolución de la cotización de las monedas de 38 PED y de todo el mundo en relación al dólar estadounidense entre el 1 de marzo de 2020, período en el que la pandemia de la Covid-19 se convirtió en mundial, y el 3 de septiembre de 2020, fecha de la redacción de este artículo (segunda parte de la serie).
A excepción de los países del Norte, de los PED de la zona euro, de los 15 países de la zona FCFA (en África del Oeste, África Central y las Comoras), países que hayan indexado su divisa con la de Estados Unidos (por ejemplo Ecuador) y de China, se observa que hay una enorme mayoría de monedas de los PED que se devaluaron durante este período. En realidad, esa devaluación ya estaba desde 2015 , y se aceleró con las consecuencias económicas colaterales del coronavirus.
Varios factores explican esta evolución.
La disminución de las reservas de cambio de los bancos centrales reduce su capacidad para efectuar el pago de la deuda soberana en dólares o en otra divisa fuerte. El país puede llegar al momento en que se viera forzado a declarar la incapacidad para continuar el pago, o sea una cesación de pagos parcial o total. Y eso es lo que pasó con Argentina y Líbano en 2020.
Las clases dominantes del Sur tienen claramente una parte de responsabilidad ya que son las que organizan la fuga de capitales. Efectivamente, las clases dominantes locales compran dólares (u otra divisa fuerte) para colocar su «dinero» con seguridad en los países del Norte o en un paraíso fiscal tropical en lugar de invertir en la economía de su país. Esa compra de dólares con moneda local encarece el dólar en relación a la moneda del país. Eso lleva al Banco Central del país en cuestión a tratar de limitar la devaluación de la moneda local comprándola con dólares que tiene en sus reservas.
Y eso es suficiente para disminuir las reservas de cambio. Es lo que pasa en Turquía desde 2015. Y es también lo que está pasando de manera dramática en Líbano en 2020. La disminución de las reservas de cambio del Banco Central reduce su capacidad de efectuar el pago de la deuda soberana en dólares o en otra divisa fuerte, Puede llegar el momento en el que el país se viera forzado a declarar su incapacidad para continuar el pago, o sea, una cesación de pagos parcial o total. Eso es lo que pasó en Argentina y en Líbano en 2020.
Otros actores son también responsable de la devaluación de la moneda local: por ejemplo las grandes empresas extranjeras que repatrían masivamente sus beneficios hacia su sede central situada en el Norte o bien los fondos de inversiones extranjeros que revenden las acciones que compraron anteriormente en la bolsa del país en cuestión. Otro factor que actúa en contra de la moneda local, es la caída en las exportaciones y por lo tanto en los ingresos en dólares obtenidos por la venta de productos exportados en el mercado mundial.
Hay otro factor que explica esta depreciación/devaluación de las monedas del Sur en su relación con el dólar: la brutal caída de los precios de las materias primas desde 2015. (Véase la tercera parte de esta serie). Mayoritariamente destinadas a la exportación, una disminución de su precio significa una disminución proporcional en los ingresos del Estado, y se desequilibra negativamente su balanza comercial (relación entre la los ingresos por exportaciones y los pagos por importaciones). Por consiguiente, las reservas en divisas extranjeras necesarias para el pago de la deuda externa se contraen otro tanto.
Paralelamente, con las depreciaciones, la cantidad de moneda local que se tiene que convertir en dólares con el fin de pagar la deuda externa (o interna si estuviera indexada con el dólar, lo que es bastante común) aumenta fuertemente, según una simple operación aritmética. De hecho, aunque el tipo de interés permaneciera a niveles históricamente bajos, ya explicado aquí, los países deberán echar mano cada vez más de sus reservas de cambio para pagar la deuda.
Como los ingresos por exportaciones disminuyen debido a la crisis económica mundial agravada de manera brutal y colosal por los efectos de la Covid-19, la situación se vuelve crítica para toda una serie de PED, incluidos los países llamados emergentes como Sudáfrica (-7,11 %), Argentina (-16,67 %), Brasil (-16,46 %), India (-1,77 %) y también México (-9,46 %).
Varios de dichos países están ya en situación de sobreendeudamiento o de suspensión de pagos.
Notas
[1] El Prime rate , aquí en azul, es el tipo interbancario practicado por los bancos para los préstamos a corto plazo que entre ellos se conceden. Habitualmente es superior en tres puntos al tipo establecido por la Fed. Están indicados en naranja los tipos de interés fijados por la Reserva Federal de Estados Unidos, en gris, por el Banco Central Europeo y en amarillo por el Banco Central del Japón. El dólar USD, el euro y el yen son las tres principales divisas utilizadas en los préstamos.
[2] En este gráfico están representadas las principales divisas de cambio indicadas por el Banco Mundial. En azul, el dólar estadounidense, en verde los DEG (derechos especiales de giro -.cesta de divisas) del FMI, en gris el yen japonés, en amarillo el euro y en rojo «todas las otras divisas»: Para una mejor lectura del gráfico y a causa de su proporción menor al 1 %, se han descartado el franco suizo (0,38 5), la libra esterlina británica (0,27 %) y las «divisas múltiples» (0,53 %).
[3] Dadas extraídas de la página web FXTOP. La divisa de referencia es el dólar estadounidense (USD), con fecha del 3 de septiembre de 2020. Consultadas el 3 de septiembre de 2020. Disponibles en https://fxtop.com/fr/
[4] Cuanto mayor es la tendencia del color hacia el rojo y el negro, mayor es la depreciación de la divisa nacional respecto al dólar estadounidense. Cuanto más tiende el color hacia el verde oscuro, mayor es la apreciación de la divisa respecto al dólar estadounidense. Consultado el 3 de septiembre de 2020. Fuente: https://fxtop.com/fr/carte-
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Evolución de la deuda de los PED entre 2000 y 2018
A fines de los años 1990, cuando despuntaba el tercer milenio, los países en desarrollo (PED) salían de una crisis de deuda sin precedentes, «las décadas pérdidas del desarrollo», que se había iniciado en 1982 con el anuncio de la suspensión de pagos de México. Entre 1980 y 1999, hubo, al menos, 280 operaciones de reestructuración de deudas.
Frente a la presión popular y a la amplitud de la crisis, en esa época los acreedores pusieron en marcha financiaciones de urgencia o iniciativas de alivio de deudas. Desde 1982, esas medidas sirvieron, sobre todo, para garantizar la continuación del pago del servicio de la deuda. De esa manera, los acreedores no se verían afectados por una suspensión generalizada de pagos de deudas, como ya había pasado en los años 1930.
Además, los nuevos créditos otorgados por las instituciones multilaterales, como el FMI y el Banco Mundial, estaban acompañados de condicionalidades que debilitaron mucho a los Estados y reforzaron su dependencia del endeudamiento externo.
Esas políticas neoliberales también conllevaron una degradación de los servicios públicos de salud, y eso tuvo, y tiene graves, consecuencias en la capacidad de los gobiernos para afrontar la pandemia de la Covid-19.
Agreguemos a eso, el levantamiento de las protecciones aduaneras y la supresión de ayudas a los pequeños productores locales, cuestión que los afectó seriamente. Sin contar que, entre 2000 y 2018, la deuda externa total de los PED se triplicó y 18 países entraron en suspensión de pagos parcial o total. Una nueva crisis de la deuda se está desarrollando, aunque su extensión y su profundización se ralentizan por la prosecución de una política de tipos muy bajos de interés, próximos a cero, en el Norte.
Si la crisis se ha ralentizado, es porque esa política de bajos tipos de interés aplicada por los bancos centrales del Norte, junto a la inyección masiva de liquidez en los circuitos financieros por esos mismos bancos centrales, tiene por consecuencia que el gran capital del Norte continúe comprando títulos de la deuda del Sur.
El gran capital del Norte (así como los capitalistas del Sur) continúa comprando títulos del Sur ya que ofrecen rendimientos mucho más altos que los títulos de la deuda pública del Norte. Los capitalistas del Norte están convencidos que si un gran número de países del Sur son empujados a suspender el pago de la deuda como consecuencia de la crisis mundial, que provoca una caída de sus ingresos en divisas, el FMI y el Banco Mundial concederán masivamente nuevos préstamos con el fin de impedir una situación generalizada de cesación de pagos.
Los acreedores están persuadidos que, puesto que son privados, serán prioritarios para recibir los reembolsos, ya que los créditos del FMI y de otros organismos se concederían con la condición de que el dinero prestado sirviera prioritariamente a reembolsar a los acreedores privados. Y si, a pesar de todo, los acreedores tuvieran que hacer frente a algunas pérdidas, los capitalistas del Norte saben que podrán contar con la ayuda de los poderosos Estados del Norte bajo la forma de recortes en impuestos y ayudas financieras. Para los capitalistas simplemente es: «Cara: gano; cruz: tu pierdes». Siempre ganan o casi siempre.
En la primera parte de esta serie dedicada a la evolución de la deuda desde el comienzo de los años 2000, analizaremos, en particular, las relaciones entre el stock de la deuda y las transferencias netas. Las partes siguientes estudiarán las amenazas sobre la deuda de los PED desde un punto de vista global y por regiones.
Comencemos por estudiar la arquitectura de la deuda externa de los PED desde el ámbito de los acreedores (hemos redondeado las cifras provistas por el Banco Mundial concernientes al endeudamiento de los PED en 2018):
Desde el ámbito de los deudores:
2. Evolución de la deuda externa de los PED entre 2000 y 2018
2.1 Lista de PED por categorías de ingresos
Población correspondiente a 135 PED en 2019: 6.438 millones.
Población de los países con ingresos bajos [1] en 2019: 668 millones.
Población de los países con ingresos medios [2] en 2019: 5.769 millones.
Lista de los 29 PED con ingresos bajos: [3] Afganistán, Burkina Faso, Burundi, Corea del Norte, Chad, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Haití, Liberia, Madagascar, Malawi, Malí, Mozambique, Níger, Uganda, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Siria, Tayikistán, Togo y Yemen.
Lista de 106 PED con ingresos medios: [4] Albania, Angola, Argelia, Argentina, Armenia, Azerbaiyán, Bangladesh, Belice, Benín, Bután, Bielorrusia, Bolivia, Bosnia-Herzegovina, Botsuana, Brasil, Bulgaria, Camboya, Camerún, Cabo Verde, China, Colombia, Comoras, Congo, Costa Rica, Costa de Marfil, Cuba, Dominica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Esuatini, Filipinas, Fiyi, Gabón, Gana, Georgia, Granada, Guatemala, Guinea ecuatorial, Guyana, Honduras, India, Indonesia, Irak, Irán, Jamaica, Jordania, Kazajistán, Kenia, Kiribati, Kirguistán, Kosovo, Laos, Líbano, Libia, Lesoto, Macedonia del Norte, Malasia, Maldivas, Marruecos, Marshall (Islas), Mauritania, México, Micronesia, Moldavia, Mongolia, Montenegro, Myanmar, Namibia, Nepal, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Palestina, Papúa-Nueva Guinea, Paraguay, Perú, República Dominicana, Rusia, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Salomón (Islas), Samoa, Samoa estadounidense, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Serbia, Sri Lanka, Sudáfrica, Surinam, Tailandia, Tanzania. Timor oriental, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Ucrania, Uzbekistán, Vanuatu, Venezuela, Vietnam, Yibuti, Zambia, Zimbabue.
Tabla 1: Evolución del stock de la deuda y de la transferencia neta (externa total y pública) de los PED entre 2000 y 2018
Total PED (deuda a largo plazo) en miles de millones de USD | ||||||
Deuda external total | Dette externa pública | Deuda debida al BM | ||||
Stock total | Transfer. neta | Stock total | Transfer. neta | Stock total | Transfer. neta | |
2000 | 1 695,49 | – 103,29 | 1 251,67 | – 30,18 | 192,42 | 8,07 |
2001 | 1 664,51 | – 53,23 | 1 227,63 | – 45,95 | 195,32 | 7,46 |
2002 | 1 678,11 | – 78,04 | 1 264,93 | – 57,59 | 204,93 | – 0,02 |
2003 | 1 802,47 | – 2,39 | 1 321,96 | – 61,15 | 215,88 | – 2,33 |
2004 | 1 908,25 | 17,47 | 1 362,27 | – 36,55 | 224,13 | 2,34 |
2005 | 1 914,74 | 35,83 | 1 247,33 | – 53,87 | 215,34 | 2,95 |
2006 | 2 072,05 | 84,08 | 1 212,16 | – 84,79 | 189,87 | – 0,01 |
2007 | 2 433,46 | 347,36 | 1 321,55 | 12,16 | 200,12 | 5,47 |
2008 | 2 690,78 | 62,32 | 1 372,37 | – 25,72 | 206,87 | 7,33 |
2009 | 2 831,74 | 48,78 | 1 476,09 | 36,30 | 223,78 | 17,25 |
2010 | 3 084,27 | 571,81 | 1 612,27 | 104,30 | 241,55 | 22,50 |
2011 | 3 541,84 | 545,39 | 1 750,44 | 76,89 | 246,00 | 64,66 |
2012 | 3 979,33 | 373,02 | 1 960,36 | 133,31 | 255,88 | 11,95 |
2013 | 4 410,65 | 608,87 | 2 173,52 | 152,71 | 270,61 | 13,98 |
2014 | 4 713,42 | 317,70 | 2 330,10 | 126,48 | 274,56 | 14,88 |
2015 | 4 708,52 | – 537,47 | 2 349,13 | 17,16 | 282,70 | 17,29 |
2016 | 5 012,75 | – 9,45 | 2 490,14 | 58,25 | 291,62 | 13,57 |
2017 | 5 379,44 | 479,82 | 2 816,13 | 177,60 | 315,73 | 12,85 |
2018 | 5 519,20 | 218,91 | 2 933,94 | 44,48 | 324,91 | 14,77 |
Monto de la deuda externa pública de los países con ingresos bajos:
- En 2000: 79.000 millones de USD
- En 2018: 118.000 millones de USD
Monto de la deuda externa pública de los países con ingresos medios:
- En 2000: 1,174 billones de USD
Países con ingresos medios inferiores: 427.000 millones de USD
Países con ingresos medios superiores: 745.000 millones de USD
- En 2018: 2,816 billones de USD
Países con ingresos medios inferiores: 1,031 billones de USD
Países con ingresos medios superiores: 1,785 billones de USD
2.2 Una explicación corta
La tabla 1 nos ilustra el período 2000-2018. [5] Durante ese largo período se ejecutaron las medidas de alivio de las deudas aplicadas por los acreedores públicos (los Estados del Norte, el FMI, el Banco Mundial, otros bancos multilaterales regionales) a causa de la crisis de la deuda del Tercer Mundo [6] que se inició en los años 1980.
La columna 2 presenta la evolución del stock de la deuda externa total a largo plazo del conjunto de los PED para los que el Banco Mundial ofrece datos [7] (deuda a largo plazo, deuda debida y garantizada por los poderes públicos de los PED así como la deuda que tienen las empresas privadas de los PED). Con el título de «deuda externa pública», la columna 4 presenta la evolución del stock total de la deuda externa a largo plazo solamente debida y/o garantizada por los poderes públicos de los PED. Con el título de «deuda debida al Banco Mundial» la columna 6 presenta la evolución del stock de la deuda externa a largo plazo de los PED con el Banco Mundial (BIRD e IDA).
Las columnas 3, 5 y 7 presentan la transferencia neta sobre la deuda con respecto a los tres tipos de stocks referidos en la tabla 1.
La transferencia neta sobre la deuda representa la diferencia entre lo que un país recibe en forma de préstamos y lo que ese país reembolsa (capital más intereses, también llamado servicio de la deuda). Un monto negativo de esa transferencia neta significa que ese año el país ha pagado más dinero que el que ha recibido.
2.3 Interpretación de la tabla
Se pueden distinguir dos períodos: el primero de 200 a 2007-2008 y el segundo de 2oo7-2008 hasta 2018.
Primer período: De 2000 a 2007-2008, la deuda externa total se mantiene constante hasta 2003 y luego aumenta a un ritmo mesurado a partir de ese año. De 1,695 billones de USD en 2000, alcanzó los 2,433 billones de USD en 2007. La deuda exterior pública permanece, sin embargo, en un nivel constante sobre todo el período, pasando de 1,252 billones de USD en 2000 a 1,322 billones de USD en 2007.
Al mismo tiempo, la transferencia neta (de la deuda externa total y pública) es muy negativa. Eso significa que los PED reembolsaron más de lo que recibieron como préstamos.
Varios factores coyunturales se deben tener en cuenta. Una mayoría de los PED acababa de sufrir, o todavía sufre, una gran crisis de endeudamiento y estaba, y está, limitada en sus acciones. Aunque hay una pendiente descendente entre 2000 y 2008, los tipos altos de interés de los principales bancos centrales atraían a los inversores hacia los países occidentales, al mismo tiempo que enfriaban las veleidades de los PED de conseguir préstamos. En esta coyuntura, la liquidez a invertir era mucho más remuneradora en los países del Norte. Para los países del Sur, era esencialmente un período de reflujo de capitales.
Severamente impactados por los planes de ajuste estructural exigidos por sus acreedores, varios PED procedieron en paralelo a reembolsos anticipados para liberarse de las condicionalidades de los acreedores oficiales (acreedores bilaterales y multilaterales). Especialmente, es el caso de Brasil, Argentina, Uruguay, Filipinas, Indonesia, Tailandia, Nigeria, Argelia e incluso Rusia, que aprovecharon un subida de los precios de las materias primas desde 2005 para utilizar las divisas extranjeras acumuladas para el reembolso de la deuda externa.
En el lapso de 6 años, los PED reembolsaron a los acreedores 370.000 millones de USD, el equivalente a 2 planes Marshall. Sin embargo, la deuda externa (total y/o pública) no disminuyó.
Segundo período: A partir de 2008, la situación se invierte sensiblemente. En 10 años, la deuda externa aumentó más del doble. De 2,691 billones de USD a 5,519 billones de USD para la deuda externa total. De 1,372 billones de USD a 2,934 billones de USD para la deuda externa pública. La curva de transferencias netas se invierte, y su pendiente pasa a ser ascendente, la transferencia es positiva. Los PED reciben más dinero de sus préstamos que lo que pagan a sus acreedores.
Se deben considerar varios factores. El principal concernía a los efectos de la crisis de las subprimes. En 2007, la burbuja de los créditos subprimes estalló en Estados Unidos. Rápidamente, se propagó al conjunto de los grandes bancos occidentales, todos interconectados. El mundo financiero entró en pánico y temió por el desplome del sistema. Llamados al rescate, los Estados del Norte salvaron a esos bancos mediante un endeudamiento público masivo permitido por la implantación de las políticas de quantitative easing (flexibilización cuantitativa) [8] aplicadas con urgencia por los principales bancos centrales (Reserva federal de Estados Unidos, Banco Central Europeo, etc.).
Los tipos directores de interés de los bancos centrales alcanzaron niveles históricamente bajos. De 4,75 % y 4,25 % en 2007, los tipos de interés de la Fed y del BCE pasaron respectivamente a 0,25 % y a 1 % en 2009, luego a 0,5 % y a 0,05 % en 2015. Aliviados, los inversores buscaban, por lo tanto, invertir su importante liquidez en sectores más remuneradores. La deuda de los PED les ofrecía esa perspectiva. Del lado de los acreedores, los beneficios a realizar con los PED eran superiores a los que se podían obtener de una economía occidental en crisis. Del lado de los prestatarios, estos se beneficiaban de un tipo de interés más interesante que el acostumbrado. Al mismo tiempo, se asistía entre 2008 y 2013 a un «súper ciclo de materias primas», con precios que nunca habían sido tan elevados.
Consecuentemente, los PED aumentaron sus reservas de cambio gracias a sus ingresos de exportación en alza. Disponiendo de una coyuntura favorable, intensamente cortejados por los inversores y alentados por las instituciones financieras internacionales a recurrir a la financiación privada para desarrollar infraestructuras, los PED fueron incitados a endeudarse masivamente, principalmente por la vía de las obligaciones en los mercados financieros.
Las siguientes partes de este estudio tratarán las amenazas sobre la deuda de los PED desde un punto de vista global y por regiones.
Notas
[1] El Banco Mundial considera países con ingresos bajos a los que un PIB por habitante inferior o igual a 1.035 USD
[2] El Banco Mundial considera países con ingresos medios a aquellos que tienen un PIB por habitante entre 1036 USD y 12.535 USD. Esta categoría está a su vez dividida en países con ingresos medios inferiores con un PIB por habitante entre 1.036 USD y 4.045 USD, y países con ingresos medios superiores con un PIB por habitante comprendido entre 4.045 USD y 12.535 USD.
[3] La lista de países con ingresos bajos y con ingresos medios se refiere a la determinada por el Banco Mundial. Véase: «World Bank Country and Lending Groups», consultado el 28 de julio de 2020. Disponible en: https://datahelpdesk.
[4] Los países con ingresos medios superiores están subrayados
[5] En el momento de la redacción de este capítulo, las cifras disponibles en la página web del Banco Mundial llegan al 31 de diciembre de 2018.
[6] Hacemos aquí una particular referencia a la Iniciativa para países pobres altamente endeudados (IPPAE), y a la Iniciativa para un alivio de la deuda multilateral (IADM) lanzadas, respectivamente, en 1996 y 2005, y destinadas a 39 países.
[7] Salvo mención contraria, los datos ofrecidos en este capítulo están sacados de International Debt Statistics del Banco Mundial. Allí están referenciados 122 países en vías de desarrollo. Entre los países de los cuales el Banco Mundial no ofrece datos están: Cuba, Irak, Libia, y Corea del Norte. Para ver más detalles podéis consultar:
https://openknowledge.
[8] El quantitativa easing (flexibilización cuantitativa) consiste en una política de recompras masivas de títulos de deuda privada y pública permitida por la creación monetaria y que tiene por objetivo relanzar la economía después de un período de crisis. Para un análisis crítico podéis consultar: Éric Toussaint, «2007-2018: Les causes d’une crise financière qui a déjà 11 ans», CADTM, 25 de julio de 2018. Disponible en: https://www.cadtm.org/2007-
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